Las redes sociales y la política.

“La privacidad ha muerto y Social Media la mató”. Pete Cashmore, CEO Mashable.

Alfredo César Dachary.

 

Las redes sociales son una construcción que no nace de la casualidad, sino un mecanismo muy bien planeado para conocer mejor el mercado global por segmentos y formas de pensar; es un lugar que junta miles de millones de datos personales, por solo eso es muy valioso. Sin embargo, pese a ello, lo que no fue considerado y estalló es el hecho de que ha sido un mecanismo de solidaridad que ha unido a gente en el dolor, en aspiraciones y en esperanzas; ésta es la cara positiva de este mecanismo de comunicación y gestión de la información en las poblaciones, omito decir sociedades.

De allí que un tema es el uso de las redes sociales para acciones en favor de la gente y el opuesto es el uso de éstas desde otros centros de poder para plantar ideas en las mismas, con lo que se transforman en un verdadero mecanismo de propaganda de quien las controla.

Las noticias, que encarnan la ideología de los que la emiten, es el mercado de información de una sociedad dominada por este poder mediático de orden global, que nos aleja de la realidad y nos remplaza las utopías por las fantasías.

Éstas y muchas otras preguntas nos hacemos al analizar las redes, que han logrado tener una gran influencia en muchos espacios sociales, pero la duda es siempre la misma, ¿quién esta atrás de esto y quién gana con este mecanismo que ha permeado transversalmente a toda la sociedad?

Sin dejar de reconocer el esfuerzo de las redes en casos muy concretos como promoción, solidaridad, pérdida de personas, denuncias de abusos y otras más, nosotros haremos un acercamiento a la otra cara: la política.

Para ello bajaremos un ejemplo del uso político de las redes para mandar mensajes e informes a la gente, a fin de ir construyendo una imagen de a quién deben apoyar y por qué, un proceso de cooptación por vía indirecta a través de falsas noticias y de propuestas amoldadas a la idea de la gente, aunque sean inviables.

Esto comienza con el cambio de era, donde los nuevos instrumentos del poder son las nuevas tecnologías, ya que éstas son las responsables del comienzo de un cambio de paradigma en el cual la forma de hacer política también se ve alterada y debe adaptarse a los nuevos desafíos.

En la investigación “Perfil del gobernauta latinoamericano: estudio del perfil de los gobernantes latinoamericanos en redes sociales” se analiza la transición por la que pasan los gobernantes e incursiona en las nuevas formas de gobernar en tiempo de redes sociales. En México tenemos hoy el caso del gobernador del estado de México, que va con la cámara del celular transmitiendo en tiempo real a través del “periscopio”, algo que se ha cuestionado ya que otros lo usan para mostrar gente en situación comprometida por ser ilegal.

La investigación sobre operación política que fue cuantitativa y cualitativa fue financiada íntegramente por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) a través de su Laboratorio de Ideas en el que trabajaron veinte personas durante ocho meses, y el resultado del estudio arroja que las gobernantas serán los nuevos líderes.

Las nuevas tecnologías son un desafío tanto para la política como para la sociedad, ya que las redes son un elemento deslegitimador y, a la vez, generan nuevas oportunidades, ya que si bien hay dos territorios: físico y digital, no hay dos reputaciones, dice Luis Bobino, presidente de la fundación CiGob, organización que se dedica a formar y entrenar equipos de gobierno.

Mario Riorda, consultor del BID y profesor de la Facultad de Comunicación de la Universidad Austral de Argentina, sostiene que la nueva base tecnológica abre nuevos espacios a nuevas voces ya que pone al descubierto a la política y al periodismo, modifica y estimula nuevas formas de participación.

Pero a los políticos y gobernantes no se le ha visto una intención de dialogar de modo directo con la sociedad civil y ello nos lleva a pensar que los gobiernos utilizan las nuevas tecnologías como un intento de instalar o fijar diferente temas.

De allí que las plataformas electorales quedaron en desuso porque las hacían un grupo de expertos en un lugar cerrado, por lo que habría que crear un partido donde la estrategia sería la de recolectar demandas y expectativas de cada punto del territorio y así la política le podría dar respuestas a los problemas de cada localidad.

Antes, los gobernantes necesitaban rasgos carismáticos vinculados a la televisión pero ahora, los líderes tienen que construir equipos para tener mayor impacto, porque el dominio de los medios en la sociedad obliga a redefinir las estrategias políticas.

La comunicación se usa mucho durante la campaña y en el gobierno muy poco y es que los candidatos al transformarse en gobernantes se olvidan que no era cuestión de vender un producto, sino que al llegar al poder deben operarlo para satisfacer las expectativas.

Hoy, los políticos van tomando conciencia que las redes son inherentes a la política tanto como cualquier otro medio, pero los gobiernos no se animaban a operar en las redes por la creencia de que no soportarían las demandas ciudadanas, pero eso es pasado y hoy con una lógica propaladora o publicitaria, los gobiernos usan masiva y cotidianamente las redes.

Esto ha llevado que en la actualidad en el gobierno de Macri en la Casa Rosada esté trabajando un equipo de más cuarenta jóvenes con un doble objetivo, por un lado el de influir en las redes sociales y, a la vez, evitar la dependencia de los medios de comunicación tradicionales.

El objetivo de este grupo es el de cuidar la imagen del gobierno y más específicamente la imagen del Presidente, a través de la difusión de videos, hashtags y consignas, dado que estas redes tiene un impacto masivo superior del que tiene un diario o un programa de política por cable, y un ejemplo es el que un post del Presidente en Facebook puede llegar a ser visto por 10 millones de personas.

A ese recurso institucional se le suma una ayuda subterránea: los llamados trolls y los mini-ejércitos de usuarios falsos, dedicados a operar sobre la agenda diaria.

Antes de la campaña electoral, el partido del actual Presidente de Argentina ha tenido un marcado protagonismo a la operación de redes sociales, ya que era un partido sin historia ni adhesiones de calle, pero este modelo le permitió que  multiplicara su presencia  en Facebook y Twitter, que luego se expresaron en las urnas y son su primera línea de defensa ante la política antipopular que hoy lleva adelante este adalid de la nueva derecha, y uno de los dos presidentes que fueron puestos al descubierto, como dueños de empresas en paraísos fiscales,  por los denominados “Papeles de Panamá”.

Un ejército de jóvenes trabaja diariamente en el tema de las redes sociales y su estrategia apunta al ideal de la comunicación personalizada, que es el reverso del mensaje indiferenciado y de trazo grueso que practicaba el gobierno anterior, y para ello, el gobierno segmenta sus mensajes: por zona, por edad, por género y por intereses, tanto en Facebook como en Twitter o Google.

Argentina es un laboratorio a tomar en consideración ya que el 80% de los mayores de 18 años tiene una cuenta, y esto ha llevado al actual gobierno a avanzar a prueba y error, repite lo que funciona y archiva lo que falla, siendo los mensajes más efectivos los que muestran a un presidente cálido y familiero, las opiniones políticas en contextos muy específicos y las afirmaciones patrioteras.

Así opera la denominada Mano negra, que tiene por pretensión la de instalar temas, hashtags e imágenes, algo que hoy el gobierno niega su uso, aunque confiesan haberlos aprovechado en la campaña, aunque ahora, el avance de la tecnología y de la suspicacia política permite descubrir operaciones rápidamente.

El otro tema de esta puja en las redes es el poder lograr conducir el clima de las redes, a fin de tapar temas incómodos, actividad que realizan  personas reales que manejan hasta veinte o treinta cuentas de Twitter, y éstos son los ciber-militantes más o menos vinculados al gobierno, que forman una verdadera  guerrilla virtual, va desde los jóvenes que operan desde la Casa Rosada hasta los micro emprendimientos amateurs que se suman a esta “cruzada”.

Las nuevas tecnologías no sólo desarrollan cambios en la forma de comunicar de los gobernantes, sino que ofrecen nuevos desafíos a la militancia, mayoritariamente jóvenes que viven con el celular en la mano y la comunicación es el verdadero oxígeno que les permite vivir; ellos son los operadores y destinatarios de la mayoría de estos mensajes, son una nueva forma de militancia, con compromiso online y una realidad construida desde la web.

Estamos viviendo tiempos diferentes donde el espectáculo remplaza a la realidad y la fantasía a la verdad, a veces creemos que estamos viviendo en un mundo diferente pero rápido la realidad nos despierta, en medio del mar del consumo para que tomemos algo como una manera de compensarnos por la fidelidad a la marca.

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