De los grandes cruceros de la época de oro, a la nostalgia temática de hoy. Segunda parte.

Alfredo César Dachary.

 

Durante la Belle Époque se viajaba, en general, de tres maneras: como inmigrante donde toda la familia ayudaba a comprar un pasaje barato y tener algo más para cuando se llegaba; como empleado militar, que viajaba por servicio, generalmente pagado por las compañías o el Estado, y en algunos casos había jóvenes que viajaban por estudio principalmente de Estados Unidos a Europa al final del siglo XIX.

La tercera forma de viaje es común a ricos viajeros, algo tradicional en una época donde la sociedad tenía un sistema de clases estático e inamovible; los ricos por razones diversas, viajaban por negocios pero mucho más por placer; es la época del ocio permanente, más para los que viven de renta o de los dividendos de los bancos, en la época de las monedas estables.

Los cruceros, los grandes y lujosos hoteles o los exóticos y maravillosos trenes de esa época, como el hoy aún famoso Oriente Express, era la expresión de una sociedad que había cambiado, donde la vieja aristocracia era remplazada por nuevos ricos, empresarios diversos, banqueros y otras actividades y su necesidad de exhibición viene de la comparación y la imitación de la clase poderosa anterior, la aristocracia.

Hoy ocurre algo similar en otra dimensión y en una sociedad diferente; el crucero, un sueño de ricos de la época pasada hoy es tan accesible como cualquier semana de paquete, pero ello no significa que todos los cruceros se han homogenizado para abajo, sino que hay diferencias, primero entre cruceros masivos y los mini cruceros de mar o mini cruceros de ríos, menos gente, mejor servicio y ello eleva el precio de estos viajes haciendo generalmente una selección de los viajeros.

Catherine Donzel, al analizar la época de oro de los hoteles, los ubica inicialmente junto a las grandes estaciones de trenes, el reflejo de un pasado, cuando el hombre logra liberarse del territorio que lo tenía anclado. Los hoteles eran como las grandes exposiciones universales, una demostración del poder de un país, porque los que los usaban formaban parte de ese grupo en esa etapa, y como el hotel es una réplica del castillo en cuanto a diseño y operación, forma parte de la transición de la sociedad de la nobleza a la de los burgueses, los nuevos ricos del capitalismo.

Esto también se va a repetir en los cruceros, palacios flotantes para un público que vive la nostalgia no de su pasado si de lo imaginado, creen en la magia de los castillos, en el oropel y lo que se conoce como “la invención de la tradición”, cambio de guardia en Londres y otros más.

Los nuevos cruceros han comenzado por unir islas con sus respectivas culturas y patrimonio, historia y danzas, pero luego se pasó a rentar islas y allí crear una especie de parque temático para que los turistas sigan viviendo la fantasía que les creaba el crucero.

Luego de eso se comenzó por hacer cruceros temáticos de diferentes épocas, los de la época del rock, los de los pub de Londres, los de la época del charleston, la Belle Époque, y también empiezan a agotarse, ya que éstos no se pueden repetir porque el guión ya lo han visto y no da para dos viajes.

Hoy estamos en una nueva etapa, aquella en la que se combinan dos grandes fuerzas, por un lado la gente se agrupa por intereses, gustos, cultura u otro elemento y además las experiencias del viaje son para conocer, aprender algo nuevo, así se da un doble propósito, descubrir y aprender algo que te gusta y no saber, es una especie de “experiencia total”.

Esta doble fuerza, tiene que ver con el proceso de atomización de la sociedad en miles de grupos o segmentos y de encuentro de éstos a través de la red y de la propia web, por ello es que todos los grupos tienen seguidores, y cuando más sofisticado es el grupo, menos gente se suma, lo que reduce a grupos casi exclusivos, donde se logra vencer a la masividad, una de las plagas heredadas de la segunda etapa del siglo XX, con el nacimiento de la sociedad de consumo y el turismo masivo.

Veamos ahora algunos de los segmentos en que se ofrecen experiencias y logran armar un crucero temático, para gente afines a estos placeres, gustos o intereses.

Los grandes avances de la ciencia han logrado prolongar la esperanza de vida en más de diez años en las últimas décadas y con ello se ha formado un amplio grupo de gente que ya no trabajan, tienen su jubilación y quieren viajar, pero tienen sus limitaciones físicas, gastronómicas y de otros servicios.

De allí que millones de personas de la tercera edad deciden tomar un crucero por el servicio, la comida, la facilidad de movimiento, los sorprendentes itinerarios y la modalidad todo incluido, y además les ofrecen servicios y programas a bordo que son especiales para la tercera edad, como caballeros anfitriones, charlas culturales, instalaciones de atención médica, instalaciones para discapacitados, dietas especiales y programas para aquellos que viajan con sus nietos.

Con el objetivo de mejorar la experiencia de crucero para pasajeras solas de la tercera edad, muchas líneas de crucero de lujo implementaron el programa «caballero anfitrión». Se realiza una evaluación minuciosa de los anfitriones, quienes están disponibles para ir a cenar, bailar, disfrutar de las actividades a bordo y acompañar a las damas durante las excursiones en tierra.

Se realizan charlas sobre la música y el arte, pasando por los deportes, la gastronomía, el vino y los eventos actuales, siempre hay algo en los cruceros de hoy para deleitar a los pasajeros más experimentados. También algunos cruceros cuentan con la presencia de celebridades u oradores para dar charlas sobre relaciones, antropología, películas, navegación y hockey, entre otros.

Todos estos cruceros están totalmente equipados con instalaciones de atención médica y cuentan con un médico. Se solicita a los pasajeros que informen a su asesor de cruceros sobre cualquier necesidad especial de atención médica antes de zarpar, en caso de que sean necesarios.

Princess Cruises publicó un folleto llamado «Love Boat Access» en el que se responden todas las preguntas relacionadas con las instalaciones para discapacitados. Además éstos ofrecen una sección de opciones más ligeras en su menú y también menús vegetarianos y kosher y si se tiene alguna necesidad de dieta extra especial, también se servirá.

Tomar un crucero es una forma excelente de cubrir la brecha generacional con actividades divertidas para personas de todas las edades, y los abuelos pueden pasar el día asistiendo a una charla, leyendo junto a la piscina o apostando en el casino, mientras los nietos pueden participar en actividades organizadas para niños, jugar en la piscina o ver una película. Luego, todos se reúnen en una cena que disfrutan tanto abuelos como niños antes de comenzar una noche de actividades, apta para niños de todas las edades.

En el otro extremo hay una compañía de cruceros de lujo Silversea Cruises que pone a disposición de sus clientes el «Wine Series» con once cruceros, diseñado para los amantes del vino que buscan disfrutar de este placer en un entorno agradable mientras se recorren algunas de las regiones vinícolas más famosas del mundo en las excursiones guiadas opcionales.

Los viajeros podrán disfrutar de grandes viñedos y aprender sobre la tradición y el arte de la elaboración del vino en las catas y conferencias llevadas a cabo por profesionales del sector, propietarios de viñedos y enólogos especiales, y además, a bordo de cada uno de los cruceros también pueden disfrutar de una amplia selección de cortesía de maridajes de vinos tintos y blancos, tanto en el almuerzo como en la cena, completando las experiencias vividas en tierra. Este es un crucero temático más caro que la mayoría de los masivos del mercado.

Complementa este tipo de crucero, los gastronómicos que varias líneas de cruceros, entre ellas, Holland America, Celebrity Cruises y Regent Seven Seas ofrecen, y que están enfocados en platos internacionales o regionales, en vinos y cómo paladearlos con comidas específicas y hasta en postres, especialmente para los amantes de los chocolates. Se usa tener uno o varios chefs invitados e incluyen: demostraciones de comida con entrada abierta para todos los viajeros, seminarios y talleres, en algunos casos con un costo extra según el tipo de expositor y además ir a mercados de los puertos visitados para comprar ingredientes frescos y hacer platos a bordo.

Los barcos de Cunard ofrecen con frecuencia talleres completos de ciencias, drama, literatura y fotografía incluso en muchos de sus viajes transatlánticos. Ellos no escatiman en eso de llevar expertos a bordo entre los que se incluyen prestigiosos artistas, dramaturgos y astronautas.

Ya éstos no se consideran cruceros temáticos porque están disponibles todo el tiempo, pero la cantidad de personajes infantiles que ofrecen hacen que algunos lo cataloguen dentro de este género.

Los cruceros temáticos son una etapa del auge de la industria de cruceros, y un modelo muy adecuado a la estructura y gustos de una sociedad diferente, como ésta que hoy vivimos y algunos la ubican como la post-modernidad.

Agregar comentario

Your email address will not be published. Required fields are marked *