La fantasía una realidad adecuada al paisaje desolado.

“Me encanta la capacidad que tienen los niños de protegerse de la desgracia a través de la fantasía” Yevgueni Zamiatin.

Alfredo César Dachary.

 

El escritor ruso Yevgueni Zamiatin tiene frases de una gran profundidad construidas durante los difíciles años del siglo XX en la Rusia revolucionaria y luego en guerra, y una de ella es “Los niños son los únicos filósofos valientes. Y los filósofos valientes son como los niños, son verdaderamente infantiles. Pues, como los niños, hay que preguntar siempre”, viene de su novela Nosotros (1920).

Tomé a este escritor y sus frases como un pensador que se adelantó a su tiempo, porque más adelante en medio de las grandes transformaciones que llevan a la sociedad del consumo, el hombre o la mujer terminan siendo niños y como tales usan a la fantasía para poder sobrevivir en un mundo en crisis permanente con una inseguridad perpetua y un nivel de esperanza que se refleja en el pensamiento actual y que va desde el cine a la televisión, pasando por la novela negra, todo es enfrentamiento y siempre la amenaza del fin.

La fantasía, que sintetiza los imaginarios del hombre, las aspiraciones e indirectamente esperanzas son siempre asociadas a un tiempo de felicidad, de placer, de amor, un corto tiempo, que el vivirlo le dará fuerza para poder seguir navegando en un barco que no puede timonear y frente a un viento que no puede parar, por el rumbo fijo sin norte claro, requiere espacios de fuga para sobrevivir el largo viaje por la vida, o en la vida una dinámica que no se puede parar porque el tiempo no se puede detener ni el espacio tomar.

La construcción de la fantasía es una de las nuevas industrias más exitosas, ya que en general los productos inmateriales son hoy más requeridos que los productos materiales, vestigios de la pasada era industrial. Esta fantasía que nos alimenta la esperanza de tiempos cortos pero agradables se da en la vida diaria o en etapas o tiempos de fuga del mundo competitivo del trabajo.

El hombre solitario, en medio de gran masa de hombres, vive su individualismo desconectado de la mayoría de sus congéneres pero conectado con muchos de ellos, esa es una de las grandes contradicciones del individualismo.

Las redes y otros colectivos de la web son el escenario de algunas luchas principalmente ideológicas, con páginas de Facebook, cuentas de Twitter, YouTube o Instagram, donde se simula en medio del vedetismo que se impulsa, el diálogo con la ciudadanía, cuando en general ayudan a instalar temas, desde sus perspectivas, a partir de una gran homogenización de una sociedad pobre en nuevos pensamientos, y que perdió el valor de rebelarse, la meta es sobrevivir.

Hemos cambiado la Biblia por Google, la razón por Internet y por ello la pregunta es ¿qué ocurriría si se apagara Internet?, ahora que nadie tiene ya un mapa del metro a mano ni un tomo de las páginas amarillas en casa, cuando el trámite en persona es impracticable, y cuando el amor y las finanzas, las ciencias y las letras ya casi solo existen en la red, o están alojadas en la nube.

¿Qué pasaría si nuestros nuevos bastones, nuestro nuevos ojos, se apagaran cuando una explosión solar podría dejar destruidos o inactivos a los miles de satélites de posicionamiento global que nos orbita a 20,000 kilómetros de la Tierra? ¿no sabríamos volver a la casa? , no nos podemos preguntar unos a otros porque todos estamos ciegos sin el GPS o mudos sin el whatsapp.

Google, el gran hermano, tiene un perfil publicitario de cada uno de sus usuarios sin que seamos completamente conscientes de ello, además de una gran cantidad de datos sobre nosotros, una cifra mucho mayor de lo que puede parecer a simple vista, datos que el usuario cede con un solo clic al aceptar su política de privacidad y pierde su intimidad o la vida privada, queda al descubierto en sus gustos, fantasías y ambiciones, se muestra como es no como dice que es.

Por ello es que hoy Google y la gran cantidad de datos de sus usuarios y además la capacidad de segmentar distintos tipos de consumidores según mil variables, tiene en sus manos un poder sobre la gente y la prueba es que una empresa tan enorme como ésta vive de ello, ya que esto se expresará en la publicidad, la gran máquina de sueños y fantasías que nos hacen funcionar en una sola dirección: consumir hasta morir.

Aquí nacen las dosis diarias de fantasías que nos vende la publicidad de un producto o un producto hecho film, los efectos son los mismos. Estas dosis de placer son de muchas medidas y por ello de diferentes valores, pero en realidad el mayor valor es el tiempo de disfrute, que es muy corto, luego viene el otro tiempo el de la simulación donde el objeto transformado en máscara nos permite una libertad como la que dan los pocos días de carnaval.

Pero hay otra dosis de mayor duración y son las que generan los viajes, algo que le llaman turismo, un palabra antigua que viene del tour pero que hoy expresa muchas cosas a la vez, búsqueda de nuevas experiencias, con los que viajan o con los que conocen, lo que prueban y lo que ven todos éstos es un mundo diferente a la cotidianidad, ese tiempo de cosas iguales que se construye entre el trabajo y la rutina, hoy entre el ocio y el trabajo; dos actividades que se unen en la nueva ortopedia de la vida desde la tableta al celular.

El turismo de hoy es de nuevas experiencias, pero mezcladas con viejas fantasías que son la forma en que la fantasía moderna nos ancla a un tiempo, el glamour de las época de oro hoy se reproduce en una modernidad diferente, pero el mensaje sigue siendo el mismo: disfrutar para presumir, vivir para mostrar, y ello tiene una serie de mecanismos, que nos llevan a hacer un verdadero striptease de la vida privada, lo importante es llamar la atención, es demostrar audacia, sin límites ni trabas.

Un ejemplo de esas nuevas fantasías es la que está iniciando en la costa de Jalisco el conglomerado multinacional francés, Louis Vuitton Moët Hennessy, que planea construir un hotel de lujo en playa Careyes, con una inversión estimada de 230 millones de dólares en una primera etapa, que tendrá con 52 habitaciones, donde la noche de hospedaje podrá rondar los 4,000 dólares.

El hotel de nombre “Cheval Blanc que se construye en la bahía de Chamela, perteneciente al municipio de La Huerta, Jalisco, abrirá sus puertas en el 2017. Este complejo será el primero que esta compañía tiene en América y sería el hotel más lujoso de México, que alcanzaría la clasificación 7 estrellas. Actualmente está terminada la construcción de un campo de golf de 18 hoyos al que también podrán acceder los huéspedes de los hoteles Four Seasons y One and Only; éstos conformarán una marina para yates. La nueva isla de la fantasía ya comienza a ser realidad.

En el otro extremo de este largo contiene se construye otra obra del placer y la fantasía moderna: ErotikaLand, un parque temático dedicado al sexo en Brasil, donde cada día tres centenares de personas visitarán los más de 150 mil metros cuadrados de tórrida diversión, que incluyen salas de cine y trenes eróticos.

Aquí se hace realidad el famoso tren fantasma, transformado en una burbuja más lúdica que fantasmagórico y que el turista pueda subirse en una vagoneta y no encontrarse con telarañas ni esqueletos, sino con gogos sudados y semidesnudos y bailarinas de striptease. Para rematar la experiencia, comprar algodón de azúcar y que parezca una gran nube rosa y fálica, pero no se equivoque no es la Disneylandia sino la tierra del sexo y el erotismo, un macro proyecto de parque temático en la región de Piracicaba, en Brasil.

Con el nombre de ErotikaLand, este parque sólo para adultos ha estado rodeado de polémica, ya que no todo el mundo ve con buenos ojos la temática de este futuro enclave de diversión, pero la fantasía exige cada día más audacia para los que quieren experimentar fantasías colectivamente, sin grandes prejuicios.

Una de las mayores atracciones de ErotikaLand es un cine 7D que convierte al espectador casi en participante de una película pornográfica, rodeado de un ambiente totalmente propicio para tener sensaciones de alto voltaje. Pero no nos asustemos, ya que éste no es el primer parque de este estilo: en Corea del Sur existe Jeju Loveland, un enclave donde el arte y el erotismo se funden.

También habrá una rueda de la fortuna, es decir, una cabina cerrada en donde el visitante podrá acomodarse para ver y no ser visto, igual que el clásico ‘voyeur’, y una piscina nudista y un museo erótico que acogerá exposición permanente y otras temporales perteneciente a museos de Nueva York, Corea del Sur o Barcelona.

El mercado cada día exige nuevos productos y la tecnología o la imaginación se dedican a complacerlo, por ello en el mundo de la fantasía donde los grandes juegan como niños para evadir el futuro, un paisaje bastante desolado según la ciencia ficción, hoy cotidianidad.

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