Navidad: la fiesta de la familia.

Alfredo César Dachary.

 

La Navidad ha sido la gran fiesta de la familia, por lo menos desde que ésta se consolida a través de los denominados matrimonios por amor, ya que antes era un acuerdo familiar, y la familia era el epicentro de la vida privada de este grupo social que se regía por un verdadero patriarcado.

Hoy el panorama es diferente, ya que la familia tradicional está siendo remplazada por una nueva estructura social de gente solitaria, parejas que forman familia con hijos de ambos, parejas del mismo género, aunque esto no es nuevo sino que está reconocido legalmente y una serie más de formas de convivencia que no sería fácil enunciarlas sin olvidar casos muy particulares.

De allí que un indicador que nos da el tipo de familia media que hay en los países de occidente, nos va enfrentar a una nueva realidad donde el desarrollo de los países es proporcional al aumento de los divorcios, a la baja tasa de reproducción y a la gente solitaria.

En el mundo, Europa sintetiza ambas características: los mayores indicadores de divorcio y la familia cada vez más pequeña. Bélgica tiene la tasa de divorcio más alta del mundo con un 70%, seguido de la República Checa, Hungría, Portugal y España con tasas superiores al 60% y Francia es de un 55%.

En América está el otro extremo, ya que Chile como el país con menos tasa de divorcio del planeta es del 3%, mientras en el Ecuador el porcentaje de divorcios llega al 20%, en Guatemala al 5%, en México al 15%, en Panamá al 27%, en Brasil al 21% y en Venezuela al 27%.

En Estados Unidos, el país con mayor desarrollo económico, no en calidad de vida, la tasa de divorcio es del 53%, pese a ser un país prácticamente confesional aunque hay una compleja realidad de religiones, mientras que en Cuba con una realidad económica social e ideológica diferente el número de divorcios es de un 56%, superior al de Estados Unidos.

Esto también se refleja en la población y su débil crecimiento demográfico, donde el caso europeo es el más complejo ya que los datos apuntan a que la población europea actual que es de 731 millones (2011) representa el 10.6% de la población mundial (6,897 millones al 2011), cuando para principios del siglo XX, Europa representaba el 27% de la población mundial.

Comparándola con la población mundial en tan sólo 24 años, la población africana se habrá doblado, la asiática en 37 años y la población europea será doblada hasta dentro de 266 años.

Debido a esto y los problemas en sus áreas de origen es que la migración árabe y del norte de África continuará en un ascenso más pronunciado y los cambios culturales serán inevitables, así como también posibles conflictos y choques étnicos tendrán lugar cuando los europeos miren amenazada su cultura.

Al interior de Europa, la migración y movilidad entre los países menos avanzados y ricos de la Unión Europea hacia los más desarrollados y que ofrecen mayores oportunidades se verán incrementadas y se enfrentarán a graves problemas dentro de la Unión Europea, cuando desde ya es vista la migración de países europeos pobres a los países europeos ricos como una amenaza y enfermedad social, asociándose a los nacionales de los países bálticos y del este de Europa como mano de obra barata y de baja calidad, y también como miembros integrantes de las filas de personas que acuden al cuidado y protección estatal.

En Estados Unidos, la población hispana de origen mexicano ya llegó a los 34.6 millones de personas, de acuerdo con un análisis del Pew Research Center, basado en la Encuesta sobre la Comunidad de la Oficina Nacional del Censo. Así los mexicanos representan el 63% del total de latinos que viven en ese país, y son los que tienen familias más grandes, por lo que los “latinos” y los otras minorías tienen, en general, un crecimiento demográfico mayor.

En este nuevo escenario de familias diferentes o diversas, la Navidad repite una vez más su ritual, y ¿qué hay en común entre el pasado y la actualidad? No cabe duda que tres cosas: el ambiente festivo, el festejar un ciclo anual más, el cerrar cosas y proyectos, pero fundamentalmente comprar, ya que el consumo se ha transformado en el único indicador de éxito de una persona o una familia.

Las casas iluminadas llenas de luces e imágenes de Santa Claus son una competencia en las diferentes agrupaciones de casas, barrios para otros, porque son una forma externa de expresar el ánimo y el éxito.

Pero el consumo no es igual antes que ahora, ya que hoy el mercado tiene una amplia gama de productos y servicios que son como una selva en la cual el consumidor se logra perder.

En un estudio recientemente realizado por la Industria de Bienes de Consumo y Distribución, de noviembre del 2015, para el caso europeo, se aprecian claramente cambios en los hábitos y gustos en las compras que realizan los ciudadanos para estas fiestas.

Hay cinco hábitos o comportamientos con una tendencia decreciente y que eran reflejo de otra sociedad, más formal, más “sólida”.

·         Comprar por impulso, esa fue la respuesta más fuerte del viejo modelo y que era el comportamiento clásico de los consumidores, 48%.

·         Ante los gastos de Navidad y los ingresos, pedían prestado dinero a las familias y este grupo de consumidores responde con esta propuesta en un 29%.

·         Pedir préstamos a entidades financieras, era la otra respuesta ante la falta de dinero para estas compras, con un 28%.

·         Utilizar créditos  facilitados por comerciantes, un 27%.

·         Comprar regalos de segunda mano, ante la falta de dinero y muchos compromisos sociales es la conducta que dicen tener, un 27%.

Frente a este comportamiento que hoy se está superando, porque la sociedad ofrece otras alternativas diferentes y la visión del “compromiso” es también distinta y por ello las actitudes cambian, como vemos en estas seis respuestas que sintetizan la nueva visión de compradores.

·         Comprar buscando “rebajas”, comprar por oportunidad, lo cual se puede hacer antes e ir acumulando para la Navidad, un 33%.

·         Buscar en Internet  para encontrar el mejor precio, buscar descuentos o cupones, en la nueva dimensión de la web hay más oportunidades que en el Mall, éstos son un 33% de las respuestas.

·         Buscar más en Internet para encontrar opciones o sugerencias, lo es para un 26%.

·         Buscar regalos útiles, algo nuevo en un mundo más pragmático, respuesta de un 22%.

·         Organizarse y preparar un presupuesto, un 21%.

·         Usar tarjetas de Fidelización, que te dan puntos y te devuelven en un monedero, un 20%.

En ambas visiones, está presente la crisis del 2008, siempre se busca gastar menos aunque de diferentes maneras, unos endeudándose otros en busca de la oportunidad del Internet.

En Europa por lo que hemos visto, la crisis limita en gran medida el gasto de la época navideña, pero pese a ello el mismo no es menor, ya que del 2014 donde la intención de gasto era de 632 euros se pasa en el 2015 a 662 euros, y ello porque de los cuatro grandes rubros en que se divide el gasto solo uno se reduce: el de viajes. Los otros tres: regalos, canasta con alimentos y tickets para espectáculos tiene una leve subida, porque las condiciones medias han mejora en esta región.

En el caso de México, la situación es diferente, ya que el ciudadano medio es por los estudios siempre más optimista en estas fechas, además de un concepto más sólido de familia y amigos que se refleja en el diario accionar de la sociedad

Los mexicanos regalarán en promedio seis obsequios, en los que gastarán alrededor de 3,253 pesos, según un estudio de la agencia de investigación de mercados TNS.

En el Estudio de Navidad y Fin de Año 2014 de TNS México, los mexicanos invirtieron el aguinaldo en regalos, ropa y calzado, dejando en tercer lugar el pago de deudas a la vez que disminuyen viajes, aumentó en fiesta, cena, regalos y bebidas. El estudio se aplicó en el Distrito Federal, Guadalajara y Monterrey. Además, los más espléndidos para regalar son los hombres con un promedio de gasto de 4,445 pesos, mientras que los niveles socioeconómicos altos alcanzarán un gasto de hasta 6,536 pesos en obsequios.

Dos mundos diferentes en un mismo modelo económico y una sociedad del consumo, dos visiones diferentes, dos respuestas distintas. En el fondo el tema es el desarrollo para unos, que da lugar a una sociedad de individuos aislados y competitivos, mientras que para otros el tema es más humano, porque son parte de grupos solidarios más amplios, familias extendidas.

La Navidad, como el Año Nuevo o la tradicional fiesta del Día de Muertos, debe competir con un nuevo modelo que transforma todo en un gran negocio, una lucha difícil de llevar pero que aún muchas familias la hacen su fiesta, más allá de los regalos, haciendo de éstas una ratificación de los lazos que los une: la familia.

¡Feliz Navidad para todos!

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