Las nuevas tecnologías y el ciudadano.

Alfredo César Dachary.

 

A comienzos de este año 2015, Mark Zuckerberg, fundador de Facebook, dio un discurso en Bogotá, que puede marcar el rumbo de las redes sociales y la relación hombre – tecnología en la próxima década, ya que se trata de la opinión de uno de los pioneros y más exitosos operadores de empresas al servicio de las redes sociales a nivel global.

El centro del discurso fue la afirmación que en una década, las redes sociales utilizarán de forma generalizada tecnologías de realidad aumentada y las así llamadas tecnologías ponibles, son de las tecnologías de vanguardia, que darán un giro al mundo de la información masiva.

Así mismo, planteó el joven empresario estadounidense, que dentro de 10 años aumentará significativamente el número de personas que utilizan las redes sociales y este salto se basará en el desarrollo y fácil acceso de las tecnologías ponibles y de realidad aumentada.

Así se harán populares las prendas de vestir o complementos que incorporan elementos electrónicos y se usarán las gafas que nos evitarán tener que sacar cada vez el teléfono o el reloj que nos anuncia nuevos correos y podemos desde allí identificarlos.

Esto tiene como referencia el gran salto que significó pasar de la era industrial de las grandes máquinas a la era post-industrial de la nanotecnología y otras tecnologías de punta; así la nanotecnología y la nanociencia empiezan a imponerse, con hitos, como las píldoras «inteligentes» para la lucha contra enfermedades como el cáncer.

La realidad aumentada, los accesorios «ponibles», los nanochips y la microimpresión en 3D destacan entre las tecnologías más innovadoras en 2014, un año marcado por hitos en Internet como el reconocimiento del «derecho al olvido» en la Unión Europea, por la cual el ciudadano tiene derecho a la información que lo puede afectar y con ello se limita la acumulación de poder de las tecnológicas, el cibercriminal o el espionaje masivo.

Según Technology Review del MIT de Massachusetts, órgano que publica un listado de los grandes avances tecnológicos cada año, para el 2014 los robots más ágiles para caminar, dispositivos móviles encriptados para mejorar la seguridad y privacidad, los drones de uso civil como agricultura y sensores «neuromórficos» inspirados en el cerebro para descifrar pautas de aprendizaje son las principales tecnologías de punta que ya se aplican en diferentes niveles del desarrollo humano.

El «Big Data» o análisis «inteligente» de datos combinado con «inteligencia artificial» en ámbitos como las energías renovables y el impulso de programas de informática mejorarán las actividades de la sociedad en diferentes órdenes, desde el tráfico al consumo energético en las grandes ciudades.

Las tabletas han ido ganando terreno a los ordenadores portátiles desde las notebook a las mini computadoras compitiendo en el mercado con los teléfonos inteligentes, pero la tendencia actual es una síntesis, la pantalla de dimensiones grandes con características de teléfono y tableta.

Contrario a lo esperado para esta evaluación la tecnología «ponible», la que se lleva encima, como relojes, pulseras o brazaletes, con funcionalidades como la medición de parámetros biológicos y control de la salud, desde bebés a corredores profesionales o enfermos crónicos sigue teniendo un crecimiento lento para las apetencias de una industria acostumbrada a crecimientos geométricos de la demanda.

En 2014, Facebook refuerza y expande su poder, cada vez más global con la compra del popular servicio de mensajería instantánea WhatsApp y la de Oculus VR, líder en tecnología de realidad virtual y cuyo producto es el OculusRift el cual permite una experiencia inmersiva en realidad virtual.

Frente a estos avances de Facebook para ampliar el uso de redes sociales y diferentes modelos de conectividad cada vez más instantánea, emerge como contraparte negativa el hecho de que esta empresa se ha enfrentado a escándalos como la publicación de una investigación que delataba experimentos psicológicos a sus usuarios.

Esta problema, que se ha dado a conocer, ha llevado a que Facebook se enfrente a una nueva polémica acerca de su privacidad tras develarse que había llevado a cabo un experimento psicológico por el que trató de analizar el comportamiento y emociones de cerca de setecientos mil perfiles de usuarios de su red social, sin el consentimiento de los involucrados.

El experimento consistió en manipular el algoritmo que selecciona las noticias que aparecen en el muro de cada usuario con el objeto de observar si existe un «contagio emocional» entre las personas, y así se enviaban deliberadamente a un grupo de usuarios noticias positivas y alegres mientras que al otro grupo escogido se hacía lo contrario, es decir, se les proporcionaban noticias negativas. Una de las conclusiones fue que los usuarios que observan historias menos negativas en su feed de noticias son menos propensos a escribir un mensaje negativo y lo opuesto a los recibían noticias negativas.

Este “abuso de confianza” de Facebook ha incidido en sus usuarios, que les quedan dudas sobre potenciales nuevas manipulaciones de sus perfiles y de la información en general que maneja.

La tecnológica ha mantenido en 2014 su apuesta para sacar adelante proyectos como «Loon» con el que llevará Internet a zonas remotas del planeta, ya que en realidad dos tercios de la población mundial todavía no tienen acceso a Internet.

De allí el reto de hacerlo global y el Proyecto Loon plantea una red de globos que viajará sobre el límite con el espacio exterior, lo cual le permitirá conectar a las personas que habitan zonas remotas o rurales, y para llegar a las zonas con falta de cobertura y además para que las comunidades puedan volver a tener Internet después de una catástrofe, como sería un terremoto, un tsunami o un mega huracán.

Uno de los mayores escollos que ha generado esta revolución tecnológica es la reducción de los empleos de capacidad media, abriéndose un mundo de oportunidades a creadores de nuevas tecnologías y de modelos de negocios a partir de éstas, y esta revolución silenciosa que va creciendo día a día, se le denomina la Economía colaborativa.

¿Cómo definir este nuevo modelo económico con bases muy diferentes a los tradicionalmente usados? Éste es un sistema económico en el que se comparten e intercambian bienes y servicios a través de plataformas digitales, de productores o generadores de servicios que administran su tiempo y buscan así crecer en su nicho de oportunidades. Ello va desde los choferes privados como es el caso mundialmente famoso de Uber, tintorerías hasta empleadas del hogar, cuidadoras de niños, nuevos tipos de alojamiento e incluso compañía.

Ante un problema de difícil solución como la ruptura del auto un domingo a la noche antes de salir, la respuesta tradicional no soluciona esto, hace falta algo nuevo y más dinámico, como un sistema de geolocalización que se lo diga y ubique al recurso por especialidad, todo ello a través del celular; en síntesis, el modelo opera porque logra conectar gente que busca “algo” con gente que lo ofrece. La cantidad de bienes y servicios que pueden imaginarse en este esquema es literalmente infinito: desde comida casera y chefs privados, hasta maquinaria pesada, manicure y clases de francés.

Uber es un ejemplo de la aplicación digital que conecta a pasajeros con conductores privados que tienen un coche y le sobra tiempo los domingos, ¿para qué tenerlo estacionado? Inscríbalo a Uber y conviértase en chofer amateur.

Airbnb es un servicio similar a Uber pero de alojamiento y otro ejemplo claro de economía colaborativa, que transforma cuartos disponibles en su casa u otra en opciones de renta y los inscribe a Airbnb y los renta por noche, semana, mes, año, o el tiempo que usted quiera, a los millones de usuarios que la compañía tiene en todo el mundo.

Una de las garantías de este negocio de economía colaborativa es que usted decide el perfil de huésped que quiere recibir: extranjeros, parejas, sólo mujeres, con mascota, viajeros, etcétera. Igual que Uber, la compañía garantiza –a través de sistemas de puntuación y calificación entre usuarios y clientes, filtros de entrada, perfiles psicológicos e historial de servicio, que la experiencia sea segura y agradable para ambos lados. Cualquier problema quedará registrado en el perfil y, por consiguiente, cada lado dará lo mejor de sí: se fomenta una verdadera meritocracia.

Si bien el trueque es muy antiguo, hoy en un mundo muy complejo ha llevado a que estas nuevas empresas logren la enorme eficiencia y precisión con la que por medio de complejos algoritmos que estiman flujos, necesidades y volúmenes de manera casi instantánea, la tecnología lea e interprete los ciclos de oferta-demanda. Pero lo más importante de este modelo nuevo es que uno podrá proveer bienes y servicios sin depender de un empleador.

Cambia la sociedad y las ciudades que son verdaderas selvas, reproducen su realidad dialéctica, a cada gran problema le emergen nuevas soluciones, que sirven de antídoto frente a un mundo que se nos cierra, cuando entendiendo la nueva lógica social puede ser que sea al revés y abra más de lo pensado.

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