Política y realidad: dos actores en conflicto

“En su vida un hombre (o mujer) puede cambiar de pareja, de partido político o religión, pero no puede cambiar de equipo de fútbol”. Eduardo Galeano.

 

En estos días de política intensa, aunque sea de disfraz, y no política real, hemos visto todo lo que nos faltaba ver, aunque algunos, no faltos de razón, calculan que se verá y más intenso en los próximos meses antes y después de la jornada electoral, que puede cerrar el ciclo neoliberal que inicio de la Madrid, o iniciar uno nuevo de cara a la cuarta revolución industrial o, todo lo contrario, como diría un dicho político.

Armando Ríos Piter hace unos días se integró a la campaña del candidato del PRI, con el cual parece tenía una buena relación por trabajar en el mismo gobierno, ya que ambos fueron funcionarios del gobierno de Vicente Fox Quesada. El primero ocupó la Subsecretaría de la Reforma Agraria y el candidato fue Director del Banco Nacional de Crédito Rural.

No sorprende que este perredista apoye a Meade, porque también su partido el PRD apoya al PAN, o sea, aquí no hay política como ideas, hay intereses como en los negocios, hay alianzas y contubernio cuando se unen partidos de ideas opuestas, algo que también salpica a los otros dos candidatos.

La alianza PRD-PAN es tan extraña como ver a los viejos izquierdistas jubilados de sus ideas compartir con Diego Fernández de Cevallos, y para seguir asustándonos tenemos la alianza de López Obrador con el ultraderechista Partido Encuentro Social.

Hay largas colas de políticos que consideran que lo mejor es jugar que hacer política porque generaría posibilidades de seguir en el presupuesto federal o estatal, y a ello le sumamos otro caso, el gobernador de Michoacán, Silvano Aureoles Cornejo, de extracción perredista, que expresó su apoyo al candidato del PRI a la Presidencia de la República, José Antonio Meade Kuribreña, de quien dijo debe ser el próximo presidente de México.

La lista de los “tránsfugas”, nombre que se les da en España a los que cambian la camiseta política en elecciones o después con los cargos, es un ejemplo que la política de ideas se ha terminado y estamos en una situación muy similar a la de todos los países latinoamericanos, con algunas excepciones.

El neoliberalismo, eje desde los 80’ a hoy no se discute, nadie habla, se trata de una campaña religiosa donde los políticos hablan de moral como si fuera un viejo conocido, de corrupción como si no existiera y de ética como si fuera fácil importarla de algún país vecino.

La campaña política y sus sub-campañas, un enredo para que nadie lo entienda bien, es un enfrentamiento por las consecuencias y no por las causas, se trata de buscar culpables y no discutir modelos, porque eso ya lo sacó de la política el neoliberalismo para el cual los gobiernos salen sobrando, la planificación no puede existir y solo queda a ver como regula la economía el mercado.

Los jóvenes y la política

La existencia de un alto nivel de jóvenes, que por primera vez votarán en el país, nos hace pensar que todos son Millennials y, por ende, tienen una respuesta ante la política bastante homogénea, sin embargo, los estudios que se han hecho nos dicen lo contrario.

Los jóvenes que entrarían por la edad en lo que se denomina la generación de los Millennials, son mayoritariamente jóvenes que por sus características sociales y culturales no formarían parte de este grupo, y los que sí lo son, un pequeño sector de jóvenes que se pueden definir como Millennials globales.

La gran mayoría de estos jóvenes se han criado en hogares de bajos ingresos, donde desde niño han ayudado a veces trabajando y otras sobreviviendo en barrios y colonias altamente violentas, que los podría sesgar a grupos delictivos, por ello no son lo que algunos esperan.

Los homicidios dolosos en México fueron según el Huffpost de 234,996 en los últimos dos sexenios y más de 35,000 desaparecidos, donde hay una mayoría de jóvenes, desde los trágicamente recordados “los 43” de la Escuela Normal de Ayotzinapa a los últimos jóvenes de la Escuela de Cine en Jalisco, nos recuerdan que ser jóvenes a veces es una profunda carga ante las limitaciones que tienen y el lugar donde crecen y viven.

Estos jóvenes que tienen pocas esperanzas de salir de la pobreza han perdido la confianza en el sistema, según una encuesta realizada a más de 35,000 jóvenes en el país, distribuido en ciudades, zonas y pueblos rurales

No es un asunto de ser nativo digital, ya que estos jóvenes 6 de cada 10 han usado la computadora en este último año, y el 85% tiene teléfonos móviles, pero solo el 5% lo usa para conectarse a Internet.

La gente joven naturalmente es crítica de las generaciones que les preceden, ya que ellos vivieron una crisis, que no había existido en los 80´y sus hermanos mayores sabían que si trabajando ascendían y si estudiaban les iba mejor; pero esto ya no les funcionó a ellos.

Esto puedo parecer radical, pero la demostración de que esto es así es que pusieron en cuestionamiento las bases del capitalismo, ya que es una generación que busca cambiar el mundo no por idealismo, sino porque lo puede hacer.

La economía y la ficción

En tiempos políticos, “todo se vale”, por lo que las famosas medias verdades inundan el mundo de los medios, cada una orientada a desacreditar al contrincante, la antesala para no reconocer si pierde la elección, en mejor crear la duda desde el comienzo que “descubrirla al final”.

Las campañas políticas parecen ser un semillero de buenas acciones y fuertes decisiones, unos hablan de terminar la mafia del poder, otros hablan de cortar las manos a los ladrones, otros de que se consideran más técnicos y menos rudos hablan de poca claridad en las declaraciones de impuestos, patrimoniales y de negocios, en general, todos tienen como mensaje para su contrincante, la amenaza de perseguirlo judicialmente por delitos existentes o no.

Así la política pasa de lo que era, el intercambio de propuestas al de amenazas, de la legitimización a la des-legitimización, en general, todos plantean comenzar de nuevo de cero para construir el país.

En tiempos políticos, las estadísticas se transforman en la prueba que algo anda bien o mal y, en este caso, ante los graves problemas de seguridad, de corrupción y de violencia, hay que buscar nuevas estadísticas para presentar un resultado que justifique el sexenio y eso se ha planteado en tres niveles.

A nivel económico, aparece que crecemos turísticamente más rápido que Francia o España, pasamos a Alemania, y se pasó en tres años del 12 lugar al 6, con lo cual la gente creyente considera que es un verdadero milagro, los expertos algunos en el país y varios en el extranjero no lo creen así, aunque la OMT lo va a certificar.

Se trata de arribos, no de derrama, donde allí vamos bastante más atrás, o sea, estamos atrayendo un turismo extranjero de bajo ingreso, por las estadísticas, incluso las de la OMT.

El segundo tema difícil son los muertos y los desaparecidos de esta guerra, aquí las cifras son muy diferentes y varios diarios extranjeros las han dado altas, es un tema difícil, ya que la inseguridad es un enemigo directo del auge del turismo.

Lo mismo ocurre con el tercer tema, la pobreza, donde la medición tradicional del INEGI controlada por el CONEVAL nos daba un número muy alto y ahora se quiere reducir sobre las bases de que se ha aplicado de manera muy fuerte esta metodología de medición, que nos daba un 50% de pobres de los cuales el 10% eran extremos y el 40% pobres, más un 30% de carenciados, lo que hace una suma del 80%.

Seguridad, pobreza, política, relaciones internacionales y economía no han sido temas desarrollados por los candidatos, más bien son recetas que plantean no estrategias que pretenden aplicar, lo cual le da al proceso un tinte diferente, ya que se trata de impresionar al electorado no informar para que tome conciencia de los problemas y, en base a ello, decida por quien votar.

El tema es complejo porque en todo el mundo las elecciones son un proceso de diseño, donde estudios previos muestran las ideas de la gente, los imaginarios y en base a ello van armando la estrategia mediática que durante varios meses nos tendrá cautivos hasta llegar a la elección.

La falta de política es de políticos, la de ideas es de partidos, la de proyectos es de equipos estratégicos, las de campañas en base a Fake News es la tendencia actual y no nos debe asustar, ya que los medios controlan todo y las redes le ayudan y a partir de eso nos plantean la vuelta al “mundo feliz”, la última utopía del hombre antes del post-humano de la cuarta revolución industrial.

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