La ciudad de la sustentabilidad al ocio

“La felicidad reside en el ocio del espíritu” Aristóteles.

Alfredo César Dachary.

Hace más de veinticuatro siglos Aristóteles dejó una frase escrita en el tiempo, que hoy se puede leer adecuándola a nuestra realidad, pero cuyo contenido termina siendo invertido al original; eran tiempos donde el ocio se podía asociar a la reflexión, a la meditación o a la contemplación.

Es que hoy la felicidad que se busca no es muy espiritual, sino muy material, y es la que genera el consumo y su efecto demostración, o el ocio como posicionamiento social y cultural, y ésta se construye en el nuevo hábitat del hombre moderno: las grandes ciudades.

Las nuevas ciudades se han construido sobre los restos de la naturaleza que el hombre fue alterando en el territorio por materiales más fáciles de operar y con mayor duración, de allí que éstas estén preparadas para fijarse en la naturaleza y luchar desde allí frente a las grandes contingencias que plantea hoy una nueva amenaza: el cambio climático global.

Muchas ciudades ya están apostando por esta nueva estrategia, tratando de lograr un cambio para hacer de estas entidades vivas realidades más naturales y, a la vez, humanas, situación que hoy plantean los foros sobre “Ciudades resilientes y adaptación urbana”, a cargo de la organización internacional Gobiernos Locales para la Sostenibilidad, y cuyo próximo encuentro se celebrará en Bonn.

Las ciudades donde hoy viven más de la mitad de las personas que pueblan el planeta son, por ello, el principal objetivo para adaptarlas y hacerlas resistentes a las envestidas que el calentamiento global y las consecuencias que éste traerá sobre la viabilidad de éstas.

La novedad de este nuevo tiempo y reto es la manera en que estamos preparándonos para lograrlo, ya que antes se pensaba en las barreras físicas para evitar que el agua invadiera nuestras calles y casas como los diques de Holanda, pero ese parche no sirve de mucho, ya que las crecidas cada vez son mayores y construir muros de contención y montículos artificiales en la costa cada vez más altos no parece tener mucho futuro.

Las soluciones innovadoras que asimilan estos cambios son las llamadas a lograr que el agua no sea un elemento que haga invisibles nuestras ciudades, como es el caso de Malmö, Suecia, han construido una nueva área residencial en una zona poco usada y expuesta a inclemencias climatológicas extremas, cercanas al puente de Oresund que une dos países y dos ciudades con muchos puntos en común, en un extremo, Copenhague, la capital danesa; en el otro, Malmö, la tercera ciudad más grande de Suecia.

La nueva ingeniería y estrategia para prevenir, aunada a un nuevo modelo de conectividad, han logrado dinamizar plenamente esa región que une a dos países nórdicos, respetando su casco antiguo, a su barrio más vital, Västra Hamnen, el viejo puerto industrial de la ciudad ahora lleno de locales de moda, con el curioso rascacielos Turning Torso, obra de Calatrava, o su playa de Ribersborg, que presume de estar en la ciudad.

En Western Harbour, en lugar de repetir errores del pasado, han mirado al futuro y han diseñado techos verdes, canales de agua, zonas con abundante vegetación y canales que distribuyen y absorben el agua evitando que ésta inunde zonas más vulnerables.

El propietario de Docks, Forth Ports , anunció en el 2004 planes para cerrar el puerto y llevar a cabo una importante remodelación del área, desarrollo planificado, al que el Consejo de la Ciudad de Edimburgo brindó orientación de planificación adicional por lo que tendrá el tamaño de una pequeña ciudad con hasta 17,000 nuevas viviendas.  Hoy tres grandes bloques de pisos ya se han completado, y el conjunto de desarrollo se finalizará alrededor de 2020.

La capital danesa quedó casi sumergida en las inundaciones de 2011, lo que supuso grandes pérdidas de millones de euros, por lo que pensaron que menos costoso es evitar que el agua vuelva a destruir todo haciéndose aliados de él y no impidiendo su recorrido. Como los sistemas de desagües y alcantarillado convencionales ya no son suficientes, la ciudad cuenta con plazas públicas inundables y calles especiales pensadas para que cuando lleguen las lluvias torrenciales se adueñen de una parte de la ciudad, dejando intacta la otra.

De allí que el Desarrollo Urbano Sostenible es una tarea de todas las Administraciones, sean locales, regionales, estatales o supranacionales. Por ello hoy re-emerge la palabra resiliencia que se ha convertido en el mantra de muchos pensadores de la ciudad y que consiste en lograr que la urbe sea un buen lugar para vivir.

Y que pese a las grandes catástrofes naturales; no solo inundaciones, sino también terremotos, tifones, tsunamis, volcanes e incendios, la ciudad debe estar preparada, no solamente para recibir el primer impacto sino para seguir la vida en esas circunstancias críticas.

Muchas de esas crisis han sido provocadas por los efectos del cambio climático, y las ciudades resilientes procuran no alimentar esa bestia y apuestan por reducir la huella ecológica de sus habitantes al máximo y para lograrlo se han centrado en la alimentación, para que la ciudad no dependa exclusivamente del aporte de otras comunidades, además de promover los huertos urbanos como un elemento de cohesión de las comunidades.

El otro tema es el transporte sostenible a partir de reducir los vehículos contaminantes, promover otras formas de movilidad como las bicicletas, pero sobre todo hacer cada vez más caminables las ciudades y apostar por el biomimetismo (imitar a la naturaleza), por ejemplo con los sistemas de ventilación que permiten mantener los espacios a una temperatura buena sin usar artificios, gasto energético responsable, fomentar no solo el ahorro sino la eliminación de sistemas poco eficientes o innecesarios.

Cada vez más voces se alzan contra el acoso que las ciudades sufren por parte de los automóviles, ya que a ellos está dedicado el 70% del espacio público urbano. Es hora ya de que tomen las riendas de la movilidad el peatón, la bicicleta y el transporte público, por unas ciudades más humanas, cómodas y habitables.

Las ciudades han de comandar el relato de la sociedad globalizada frente a unos Estados caducos encallados en fórmulas de otros tiempos, por ello no hay plasmación social que asuma mejor el nuevo orden, derivado de las tecnologías de la información, que las urbes cuyos tejidos están dotados de una alta capacidad de metabolización social. Ellas son las depositarias de la tolerancia, la diversidad y la conciencia global, de allí que debamos trabajar en construir ciudades más humanas y sostenibles, porque ellas representan nuestro paisaje real y nuestro futuro real.

La irrupción de la globalización, por ejemplo, supuso una degradación de innumerables estructuras sociales, económicas y políticas que estaban adaptadas a una dinámica local y la evolución hacia una comunicación horizontal y en red también supuso un desequilibrio para todos aquellos sistemas de organización que se proyectaban vertical y unidireccionalmente. Hoy el mundo se muestra impotente desde una concepción estatal para tratar de subsanar problemas que responden, cada vez más, a una perspectiva urbana.

Se prevé que, en el año 2050, el 70% de la población mundial vivirá en entornos urbanos, y aunque la previsión teórica apuntaba a que la implementación de las nuevas tecnologías iba a permitir una redistribución de la población hacia las áreas rurales, gracias al teletrabajo, las expectativas no se han cumplido.

Los retos de las ciudades son de diferentes órdenes, pero en la actualidad se han introducido nuevos elementos en la ciudad moderna como es la de albergar grandes centros de consumo y ocio, ese alimento que le da vida al monstruo mayor: el mercado. La clave del éxito radica en la “economía de la experiencia”: entretenimiento ligado a negocio.

A nivel mundial, el sector de centros comerciales no parece sentir el impacto negativo de la recesión económica; por el contrario, más bien continúan creciendo, y si en el primer trimestre de 2012 estaban en construcción una superficie total de 28 millones de m2 de nuevos centros, durante el mismo período del año 2013 la cifra se ha incrementado hasta 32 millones de m2, un 15% más.

Siete de las diez ciudades más activas en este mercado internacional corresponden a China, país que concentra más del 50% de la superficie de este sector en construcción, lo cual suma casi 30 millones de m2, equivalente a toda la superficie comercial de Francia, Alemania y Reino Unido juntas.

Otros mercados relevantes se encuentran en las ciudades de Estambul, Nueva Delhi, Kiev y Moscú. El 35% de los nuevos centros comerciales superiores a 100,000 m2 se inauguraron el año pasado en países emergentes, destino preferente para promotores e inversionistas.

Factores como el crecimiento de la población urbana y la consolidación de una clase media en estos países emergentes contribuyen a generar en parte la demanda de los nuevos desarrollos. Europa, frente a esa tendencia al alza, ha registrado un crecimiento solo del 10% en el primer trimestre del 2013, con 1.71 millones de m2; además, más del 70% corresponde a desarrollos inmobiliarios en Europa del Este, área también en crecimiento.

La nueva ciudad debe ser resiliente, segura, bien conectada y claramente planificada para evitar las grandes catástrofes, una suma de grandes retos a los que se le agregan hoy dos más: la dupla comercio-ocio y la ciudad inteligente como un ser vivo que recibe información de millones de equipos, los cuales son procesados y nos permiten una operación más racional de los recursos y servicios.

Ambos retos, más los anteriores, son una compleja suma y carga para la sociedad actual, por lo que hoy solo los países desarrollados lo han logrado y el resto, los emergentes, están frenados en un camino lleno de limitaciones derivados de la gran contradicción planetaria, la gran asimetría mundial, la que Oxfam definió como: el 1% más rico de la población mundial acaparó el 82% de la riqueza generada el año pasado, mientras que la mitad más pobre no se benefició en absoluto.

1 Comentario

  • Webstrategy Posted 2 marzo, 2019 7:30 pm

    Me agrado bastante la perspectiva de el escrito y lo voy a referenciar en mis redes.

    Fue de mucha productividad y está en mi darles mi agradecimiento.

    Ya me lo he guardado en mis marcadores para a mano.

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