La nueva economía: la imaginación al poder.

“La imaginación no es un don, sino el objeto de conquista por excelencia” Breton.

Alfredo César Dachary.

 

En la primera década de este nuevo siglo, Jeremy Rifkin, pateó el tablero de un ajedrez que se llevaba jugando por siglos, y donde el poder se expresaba en la propiedad inmobiliaria, históricamente un símbolo omnipotente. El 2008, se encargó de demostrar que este pensador norteamericano, estaba en lo cierto, ya que los grandes bancos que entraron en quiebra y otras empresas del mundo mágico de Wall Street, cuando cerraron sus puertas, solo quedaba el recuerdo, ya que el resto del equipamiento era rentado, como el edificio, los equipos automóviles y demás enseres de una empresa.

Había concluido hace una década la era industrial y Bauman, ese genio polaco que no deja de pensar, comienza a hablar de la sociedad líquida, donde todo está cambiando, donde hasta los grandes edificios que fueron íconos de una era comienzan a verse como piezas de museo.

El trabajo había cedido parte de su espacio al ocio y éste se confundía con el primero haciendo de la dicotomía trabajo-ocio algo tan obsoleto como la dicotomía lejos-cerca, en un mundo dominado por una profunda transformación del tiempo y el espacio.

La clase media, un icono de una era pasada, era remplazada por la sociedad del consumo donde todos consumimos, nos endeudamos, nos maquillamos con objetos que nos dan un lugar que no tenemos, una gloria que dura a veces minutos, pero todos accedemos a casi todo aunque sea por corto tiempo y largas deudas, todo es posible en un mundo donde la auto explotación remplaza la vieja dicotomía entre jefes y empleados, obreros y patrones.

La síntesis de estos cambios, quizás fue dada por una noticia más en el mundo de los medios cuando una empresa que en realidad es un software, con menos de diez años de vida, supera en capital a una empresa mundial de automóviles con un siglo de vida.

¿Qué ha pasado? una empresa de servicios remplaza a la que lo abastece, la idea, la imaginación ha logrado mayor reconocimiento que el trabajo de miles de obreros, los diseños de miles de ingenieros en una fábrica gigantesca con sede en varios países del mundo. ¿Qué está ocurriendo?

Si esto fuera la excepción, estamos hablando de UBER frente a General Motor Company, sería algo exótico en un mundo donde el exotismo hoy es cotidianidad, donde es más fácil encontrar las noticias del terrorismo, que un lugar donde haya paz.

La nueva era industrial se asemeja a un juego de espejos, donde lo que venden no lo fabrican, lo que promueven es el uso no la producción, lo que les beneficia es que esto sirve en la vida diaria y por ello viene a llenar un espacio casi sin límites que es la imaginación o los grandes imaginarios de la sociedad más los propios de cada ciudadano.

Se venden ideas geniales para una nueva sociedad que exige estos profundos cambios, como lo fue en el siglo XIX cuando se inventó la energía eléctrica y de allí la luz que iluminó la oscura noche de las ciudades haciéndolas más amigables, lo que ocurrió con el descubrimiento de la fotografía, que le permitió al hombre capturar los paisajes que le gustaban, las personas que quería y todo lo demás que le atraía.

Pero el invento, quizás que más impacto fue el ferrocarril que permitió transformar las distancias de días o semanas en horas, reduciendo la dicotomía lejos y cercano, además de liberar al hombre de la atadura natural de sus límites propios de caminar por algo nuevo y muy rápido que lo creaba una fuerza diferente a la humana: el vapor.

En este nuevo siglo de los nuevos instrumentos, de captar la realidad son muy interesantes, quizás el más ambicioso y sin lugar a dudas el que más lejos ha llegado en seguidores y en influencia en la sociedad fue Facebook, el gran influenciador mediático que no crea los contenidos, porque con las historias personales de la cotidianidad del mundo le sobran.

Es un instrumento que le denominó “socialista” por varias razones, primero porque cualquiera tiene acceso, segundo porque socializa cosas impensadas y tercero porque permite al hombre o la mujer sacar todo lo que siente, lo que aspiran lo que desean, es un confesionario al revés, en vez de curas hay amigos o curiosos, en vez de secretos hay publicación, en vez de castigo hay más o menos seguidores…

Facebook es la antítesis de la vida privada, al extremo que algunos muestran su vida muy privada, se muestran al natural haciendo de esta aplicación el atractivo de voyeristas y demás sujetos que andan en la red a la caza de “oportunidades”.

Facebook es libro muy antiguo que los que lo usan, no es mi caso, les permite encontrar a los viejos amigos, a los compañeros de escuela, al maestro que tanto recordó, a un pasado que aún navega en las aguas del mar de la nostalgia, y eso es algo que hay que reconocerlo, fue un tiro a aprender el futuro y un ancla para recuperar el pasado.

Como hoy y siempre, todo sistema o instrumento tiene sus cosas muy positivas y las muy negativas, y estas últimas son varias, desde que uno se condena por lo que subió, ya que deja de ser de su dominio y pasa al de la empresa y por ello por más que se borre quedan los rastros y, por otro, es un ejemplo que la sinceridad a veces y muchas veces traiciona a los actores en el teatro de la vida y estas fotos, reflexiones o guiones se usan para evaluar un potencial candidato a un puesto.

Éstos son costos por agregación, hay otros por acción, como el uso de las redes para pedófilos, para buscadores de gente incauta, para engañar, vender o propagar ideas, para el bulling y muchas cosas más, así como el automóvil nos despegó de la tierra y nos hizo independientes, y hoy es la causa principal de crisis en el tráfico urbano y contaminación, también estos nuevos usos del mundo virtual tiene sus altos costos.

Junto a Facebook está Instagram, una red social y aplicación para subir fotos y videos, y donde sus usuarios también pueden aplicar efectos fotográficos como filtros, marcos, similitudes térmicas, áreas subyacentes en las bases cóncavas, colores retro y vintage y posteriormente compartir las fotografías en la misma red social o en otras como Facebook, Tumblr, Flickr y Twitter, con ellas hemos pasado de publicidad de los medios a los medios masivos de publicidad de cada sujeto.

Uber es la gran creación, que comenzó, según su propia historia en una nevada tarde de París en 2008, cuando Travis Kalanick y Garrett Camp tuvieron problemas para conseguir un taxi y se les ocurrió una idea simple tocar un botón para conseguir un viaje. Así comenzó esta aplicación para pedir autos negros Premium en algunas áreas metropolitanas, ahora está cambiando la base logística de ciudades alrededor del mundo, ya sea que se trate de un viaje, llevar un paquete, o buscar niños en la escuela, solucionado un problema de conectividad y tiempo en las grandes ciudades.

La genialidad de la idea es que se ha utilizado la tecnología para proporcionar a las personas lo que quieren, cuándo lo quieren y cómo quieren, es un típico servicio a medida, que solo requiere ser “moderno” usar el Ipad para solicitarlo y tener tarjeta de crédito para pagarlo, una idea que como el ferrocarril a comienzos del XIX sirvió para mover más gente, antes en la era del individualismo hoy en la de la economía colaborativa.

El mundo de lo privado tiene su altar en la casa del ciudadano, que hoy se logró abrir, primero por la televisión, ese intruso que aparece cuando uno no está y sigue por el Internet hasta llegar a Airbnb, un ejemplo de lo que es una economía colaborativa y de lo “anticuado” de algunos servicios para nuevos actores de una sociedad más “abierta”.

Airbnb es un mercado comunitario para publicar, descubrir y reservar viviendas, que cubre unas 2.000,000 de propiedades en 192 países y 33,000 ciudades y que desde su creación, en noviembre de 2008, hasta junio de 2012 se realizaron 10 millones de reservas. Pero es más que eso, es una nueva manera de ver la vida propia y la de los demás, es romper con los grandes íconos del pasado y hacer de la casa un modelo de negocio para poder viajar, o de una habitación un ingreso para conocer nueva gente y así aprender algo nuevo, toda experiencia enriquece.

Junto a estas empresas software o “aplicaciones complejas”, hay otras más, pero solo enunciaremos dos: como Netflix, una red de gran expansión donde se puede ver películas, series y documentales muy actualizados y que compite con la televisión de cable aunque ésta no los usa, pero las nuevas televisiones ya tienen la conexión de la computadora a ésta, otro modelo de entretenimiento que ha llegado para instalarse.

Y por último, Alibaba Group Holding Limited, que es una empresa china de comercio electrónico, empresa que ofrece de empresa a empresa servicios de ventas a través de portales web, además que también proporciona pago electrónico de servicios, un motor de búsqueda de compras y centradas en datos de cloud computing servicios. Este grupo de vanguardia se creó en 1999 y para el 2012 tiene un valor de mercado de 231 millones de dólares.

Empresas de producción inmaterial, empresas de servicio, que mueven grandes producciones materiales y acercan compradores en el mercado, hoy son los nuevos líderes, una nueva forma de integrarse a un sistema cambiante, una nueva actitud de los empresarios en una sociedad en proceso de mutación.

Ayer fue el petróleo, los granos, la minería, y muchas cosas más, hoy es la intermediación, la especulación, la construcción de redes de dinero electrónico que supera en magnitud a los de la producción real, una de las causas de un sistema cada vez más inestable en una sociedad cada vez más asimétrica, aunque consumidora por propia decisión: la autoexplotación.

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