Los multimedios del poder y las redes sociales

“Los hábitos liberales como las elecciones democráticas quedarán obsoletas por Google que podrá describir mis propias opiniones políticas mejor que yo” Y. Harari.

Yuval N. Harari, en su exitoso libro “Homo Deus” hace afirmaciones muy fuertes que ratifican su planteamiento sobre el libre albedrío, que lo pone en duda por no decir que lo termina negando, y un ejemplo es cuando afirma que el liberalismo caerá el día que el sistema me conozca mejor que yo mismo.

De allí que el algoritmo que utiliza Facebook es muy buen juez de las visiones personales y disposiciones humanas, según los resultados de un experimento con 86,200 usuarios, y de esto se deriva de que Facebook podría en las próximas elecciones conocer los resultados, por quién votar o si cambiarán de opinión. Hace pocos días, sobre el escenario argentino de las elecciones de este año se dijo claramente que la batalla ya no se da en los grandes actos o pintas sino en Facebook, Instagram y WhatsApp, tres espacios virtuales que han subsumido nuestras opciones.

Todo esto parte de la denominada economía de la vida donde hoy estamos cediendo a través de los correos y las redes sociales nuestra información personal y muchas veces íntima a las grandes transnacionales tecnológicas, que han logrado hacer de la minería de los sentimientos y opiniones un excelente negocio y una fundamental estrategia de manipulación de las sociedades ya alienadas por las informaciones falsas que hoy la alimentan.

Este antropólogo da dos ejemplos muy claros como es el caso de WAZE, un geo-posicionador que nos enseña por dónde ir, y que al final termina controlando nuestras decisiones al hacerle más caso a la instrucción que a nuestras sensaciones intuitivas.

El otro ejemplo es el que Microsoft ha desarrollado un sistema más sofisticado llamado CORTANA, que es un asistente personal que al entrar a los archivos, los correos y demás aplicaciones, puede estudiarlos y darnos consejos cuando se lo pidamos y cuando evoluciona puede representarnos en los negocios y en la vida privada. Por lo que la pregunta obligada es ¿se podrá con el tiempo enfrentar al usuario que quiera romper con una rutina obligatoria o no?

Las conclusiones a las que llega Harari son muy graves, ya que las nuevas tecnologías podrán invertir la revolución humanista despojando a los humanos de su autoridad y confiriéndoles en cambio poderes algorítmicos no humanos.

Esto se basa, para este científico israelí, en la idea de que los humanos tendrán una capacidad única fuera del alcance de los algoritmos es solo una gran ilusión, ya que los organismos son algoritmos, el hombre es un conjunto de algoritmos orgánicos modelados por la selección natural a lo largo de millones de años de evolución. De allí que los algorítmicos no orgánicos podrán replicar o superar a lo que realiza el hombre.

Para Harari, en este siglo se han dado tres acontecimientos que dejan obsoleto el liberalismo humanista, primero que los humanos perderán su utilidad económica y militar, de allí que el sistema deje de atribuirles mucho valor. Segundo, que el sistema seguirá encontrando valores humanos colectivamente pero no en los individuos, y tercero que el sistema seguirá encontrando valor en algunos individuos, pero éstos serán una elite de super-humanos.

Esto nos lleva a pensar en lo más agraviante para la especie humana y es que algunos economistas (la gran mayoría de los neoliberales) consideran que los humanos no mejorados, la gran mayoría, serán cada vez más inútiles para el sistema y por ello quedarían fuera de él.

 

¿Y las redes sociales?

Al comienzo del artículo, hablamos de un tema, pero solo para podernos introducir a otro que es funcional a las redes sociales, que son hoy en la sociedad el mayor mecanismo de socializar, trabajar, buscar y a la vez mayor fuente de datos del mundo que queda en propiedad de los grandes del mundo de la web, Alphabet (Google), Microsoft, Apple, Amazon y Facebook.

Sin libre albedrío, que se considera la base del hombre que lo diferenciaba de los animales, hoy la ciencia socava la creencia liberal del libre albedrío y del individualismo también, ya que los liberales creen que tenemos un yo único e indivisible. Por ello Harari plantea que hoy la ciencia ha demostrado que ese relato liberal es pura mitología.

Si nuevos algoritmos pueden llegar a remplazar al hombre ¿qué papel juegan entonces las redes sociales? Son las abastecedoras de las ideas aparentemente individuales de la sociedad, aunque en realidad son los puntos de vista de grupos con una homogénea alienación sobre las cosas y por ello sirven éstas como mecanismos para distribuir rumores, evaluar respuestas y juntar información sobre sus gustos, aspiraciones e intereses.

Pareciera ser que ha ocurrido lo mismo con un fenómeno anterior muy importante, las organizaciones de la sociedad civil, que también se consideraban representantes de ésta, aunque no lo fueron nunca, hablan en nombre de la misma y no de sus intereses importantes como grupo o asociación de personas con identidad de ideas.

Así las redes sociales dejan de ser lo que se planteó inicialmente para transformarse en un verdadero vehículo de noticias falsas o medias verdades, todas operadas a la distancia que miden las reacciones de los diferentes grupos sociales, y retroalimentan a los centros del poder que son los verdaderos operadores y beneficiarios de éstas.

Para no quedar fuera de la realidad actual donde conviven dos organizaciones diferentes, pero con un mismo objetivo, la economía de mercado y la economía criminal, ambas haciendo riqueza de diferente manera, pero con métodos no muy diferentes y articulándose unas con otras en instituciones comunes como los bancos y la justicia.

Las redes son el reflejo de lo que piensan y aspiran los diferentes grupos sociales que hoy se auto valoran libremente, aunque la realidad a corto plazo los hace aterrizar, y caer de las diferentes nubes que hay, desde la de e-comercio a la nube de Google, o la retocada y modernizada Second life.

Todo se habla en la red, en realidad no han inventado nada, sino que han ratificado algo que hace más de dos décadas planteó Umberto Eco, volver al feudalismo y aquí las redes son una parte fundamental en este “retroceso”:

  • La función religiosa, todos se confiesan para promocionarse, todos hacen ostentación de lo que tienen, saben o quieren, todos se presentan según el ánimo del día, a repetir ideas falsas con un fin determinado y mucho más.
  • Hay pocos señores feudales que son los receptores de todas las confesiones, y son los grandes operadores de las grandes corporaciones, abajo los siervos de web son la gran mayoría que como grupo responde y dan día a día un tributo de ideas para que unos pocos hagan grandes negocios con éstas, y a la vez que las mismas permitan seguir controlando esta mayoría sumisa.
  • Hay inquisición como en el medioevo, operada por la iglesia de la “numerología”, como lo plantea Harari al hablar de nuevas religiones, lo que dicen los algoritmos tecnológicos no se pone en tela de juicio como lo planteaba la iglesia católica hace muchos siglos y aún hay grupos de fanáticos que siguen pensando así.
  • Se vive en la sociedad de “la oscuridad” (alienación) del rumor y las redes son el mejor sistema para divulgarlos, más rumor más control y ello es la fórmula con la que gobernó en el medievo el señor feudal y hoy los gobiernos “democráticos”, la sociedad del miedo.

Como un ejemplo de cientos está el artículo de la BBC referente a una investigación que revela el ejército de perfiles falsos usados para influir en las elecciones de Brasil. Una investigación de tres meses de la BBC en Brasil encontró más de 100 perfiles supuestamente falsos en Facebook, pero sobre todo en Twitter, activos en Brasil desde 2012, que eran controlados por una suerte de ciborgs.

Los perfiles estaban en parte automatizados y en parte operados por humanos, esa actividad humana rompe los patrones típicos vinculados a los bots (robots informáticos) y hace que su detección sea más difícil.

Esto es definido como un peligro para la democracia por Philip Howard, del Instituto de Internet de Oxford, en Reino Unido, ya que las democracias funcionan bien cuando hay información precisa circulando en las redes sociales, pero los ciborgs son parte de la técnica moderna de hacer campaña negativa, que transforma todo y hace dudar de esta democracia.

La tecnología nos ha sido vendida como la gran solución y posiblemente sea totalmente cierto, la única diferencia es que es para un grupo y muy restringido, “los señores feudales de la web”, el resto, la masa está formada por los siervos del consumo, que en vez pagar tributo pagan los intereses altos de la tarjeta para poder acceder al “cielo”.

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